domingo, 3 de febrero de 2013






(Un relato pequeño en versos, que no es poema)

VERDES

El cielo está cubierto
y se oyen truenos,
pero todavía
no cae ni una gota.

Me adentro en la planta
enorme que esconde
zapallitos verdes
y acuosos.

Esquivo las hojas
y tallos pinchudos

y a un sapo

que me sorprende
con sus manchas
amarillas y marrones
por sobre el verde oscuro
que tapiza su cuerpo.

Al principio
me asusta,

como todo lo
inesperado y
escurridizo,

pero es él quien se escabulle
entre las hojas.

 “Lo perdí”, pienso
y me quedo dura,
mirando fijo los distintos verdes
que hicimos crecer
con tanto riego y horas de Sol.

En ese momento,
los dos somos todo

y los dos huimos:

yo, desde el brillo,

camino en puntitas
hasta el piso de cemento;

y él, aferrado a la sombra,

no hace otra cosa que esperar
que el silencio
vuelva a techar las hojas.

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